No fue cena, pero sí que fue nuestro último encuentro
gastronómico. Data del sábado 9 de julio de 2011. Con motivo de la presentación
de la colección básica de Magic The Gathering
M12, había quedado con mi primo Rubén, para disfrutar de una mañana en
compañía de personas tan allegados como: vuestro tío Pozo, Nono, el Sapo, el
Fonso, y demás jugadores y aficionados de MTG, pero sobre todo, para ver a
nuestro dependiente favorito, Fernando Rosillo, de quien ya os he hablado
anteriormente, y de quien prometo una entrada futura.
Había quedado con Rubén, ya que Óscar, amante de Rivers y hermano de Rubén, no quiso pasar
la mañana con nosotros, pero habíamos quedado con él al medio día, para comer
juntos. De igual manera, yo había quedado con Rivers en el Último Hogar, y él a
su vez, había quedado con el porreta del Juanma en la estación de autobuses. Tienda,
restaurante y estación estaban en un radio de medio kilómetro (para más certeza consultar Google Maps), por lo que la
espera de Rivers se produjo en la tienda, conmigo y con mi primo.
Al finalizar el evento, y justo un minuto antes de salir
para el restaurante chino, entró por la puerta el Juanma, y con él, fuimos al
encuentro de Óscar, en la puerta del restaurante. Una vez llegó Óscar, el
debate estaba servido: ¿qué hacer con Rivers y con Juanma? Como ya os conté en
anteriores entradas, Óscar, Rubén y yo somos la fuente de financiación de un
tío que nunca lleva un duro encima, y que lo poco que lleva, nunca le llega ni
para un refresco, como podéis recordar en esta entrada: http://delosrivers.blogspot.com.es/2011/09/bienvenido-primo-ruben.html.
Estaba claro que Rivers debía ser invitado, pero… ¿y Juanma?
Rubén le odia porque fue Juanma quien metió a De los Rivers en el mundo del
cannabis, pero hay que ser caritativos, íbamos a pedir un menú de 3 para 5
personas, y pagando todos un quinto del precio (salvo Rivers) a Juanma solo le
hacía falta 2 euros.
Una vez dentro del restaurante, se produjo uno de los
momentos más épicos, quizá el que más, en la vida de un rivereño. Todo eso y
mucho más en un reportaje fotográfico que concluirá la segunda parte de esta
anécdota.
[Continuará...]